Hoy inicio una serie de publicaciones que había preparado desde el año anterior a raíz de una visita de una pareja, ella filósofa y él profesor de música en una academia del Canadá, solo diré de ellos que son dos seres maravillosos y en una estancia de cinco días aquí en San José, con gran generosidad me transmitieron conocimientos que por mi parte hubiera tardado años en adquirir.
Hablaremos de Richard Wagner, un genio de todos los tiempos, y hablaremos más concretamente de “El anillo del Nibelungo”
Aquellos que apenas se introducen en el tema verán que es una materia muy actual, sobre todo en este periodo histórico donde el oscurantismo trata de imponerse de nuevo con todos sus bríos.
Este artista vivió en una época de grandes crisis y donde las respuestas de la filosofía y de las creencias religiosas colapsaron.
Si Federico Nietzsche demolió y pulverizó la filosofía tradicional y sentó las premisas para una nueva manera de pensar. R. Wagner hizo otro tanto con la música.
Pero no es tan complicado como parece, justo ese fue uno de los grandes esfuerzos de este compositor, que EL ARTE TOTAL (¿suena a metaestética?) estuviera al alcance de todos y no de una reducida élite de “entendidos”.
De ahí su afán de recuperar y recrear una mitología que fuera acorde con la tradición de su pueblo, recordemos que Carlo Magno a base de sangre y fuego proscribió toda las bases religiosas y mitológicas escandinavas para implantar sus interpretaciones de las mitologías judeo-cristianas.
Antes de que surjan las conocidas acusaciones de antisemita, diré que este músico si hizo declaraciones muy fuertes en ese sentido, y para quien quiera profundizar en ello hay documentación suficiente sobre el particular. Pero no será el tema de estas publicaciones.
Una vertiente muy importante en la producción artística de R. Wagner fue el filósofo Arthur Schopenhauer cuya filosofía se basa en gran parte en sus investigaciones sobre el budismo y crítica al cristianismo digamos más carolingio que judeo-cristiano.
Cuando los valores tradicionales entran en crisis, el papel de una parte de los artistas es crear nuevos valores, otros se dedicarán a reforzar los antiguos valores que ya no responden a los nuevos tiempos.
En una serie de ediciones pasadas publiqué cinco temas referentes a las mandalas bajo el título de “Poder mandala” I...V, quien tenga tiempo de leer esta serie le será de gran ayuda para introducirse en estas series sobre Wagner.
Esto porque, si en esas publicaciones, se adquiere una somera idea de la consciencia que despierta la meditación mandala gráficamente, con el arte de Wagner tomaremos consciencia desde la música y sin ser expertos en música, así como para dibujar mandalas no se necesita ser experto en dibujo ni en pintura.
Este “artista total” este metaesteta a partir de sus indagaciones llega hasta construir un teatro, una orquesta y unos instrumentos que se adapten a sus composiciones, eso lo veremos en la próxima publicación.
Mientras, observen la mandala-plano del teatro donde él inauguró “El anillo del Nivelungo” (dedicaré también un capítulo especial sobre la simbología del anillo y su importancia en la mitología escandinava)
En este vídeo escuchen con atención este inicio tan similar al OMMM que se canta en algunas prácticas orientales de meditación, ya hablaremos de ello también.
Como ya muchos pueden presentir estas publicaciones estarán llenas de apasionantes sorpresas y enseñanzas, será toda una fantástica aventura.