Otro ciclo más que se cumple.
Importante motivo para reflexionar sobre nuestros propios ciclos, cuando sabemos de ellos.
Hay ciclos que apresan y nos estancan, hay otros que son un proceso y somos conscientes que vamos rumbo a una superación, hay también ciclos que sin más nos liberan hacia otros ciclos y ese paso produce vértigo porque siempre hay algo de temor hacia nuevas lógicas y dinámicas.
Repetirse siempre en lo mismo puede ser saludable cuando aceptamos que es un proceso natural, una puerta necesaria en la que hay que esperar hasta que se abra para seguir. O puede ser contraproducente cuando se vuelve costumbre o vicio y nos olvidamos entonces abrir la siguiente puerta.
Importante motivo para reflexionar sobre nuestros propios ciclos, cuando sabemos de ellos.
Hay ciclos que apresan y nos estancan, hay otros que son un proceso y somos conscientes que vamos rumbo a una superación, hay también ciclos que sin más nos liberan hacia otros ciclos y ese paso produce vértigo porque siempre hay algo de temor hacia nuevas lógicas y dinámicas.
Repetirse siempre en lo mismo puede ser saludable cuando aceptamos que es un proceso natural, una puerta necesaria en la que hay que esperar hasta que se abra para seguir. O puede ser contraproducente cuando se vuelve costumbre o vicio y nos olvidamos entonces abrir la siguiente puerta.
Dejo tres cuentos circulares que dan
ejemplo cómo la literatura está inmersa como recurso de consciencia
y con ello de liberación en la vida de los seres humanos.
Recuerdo ahora a un Gregorio Samsa cumpliendo su ritual diario, su ciclo permanente de levantarse a una hora fijada para cumplir con su trabajo, hasta que un día su cuento o metáfora circular se rompe y no puede continuarla porque ha empezado a convertirse en insecto...
Recuerdo ahora a un Gregorio Samsa cumpliendo su ritual diario, su ciclo permanente de levantarse a una hora fijada para cumplir con su trabajo, hasta que un día su cuento o metáfora circular se rompe y no puede continuarla porque ha empezado a convertirse en insecto...
Les deseo entonces a todos una muy
Feliz Navidad y un grandioso renacimiento o renacimientos para el
siguiente Año Nuevo.
Mi inmenso abrazo lleno de Embriaguez y Alegría como augurio de todo lo bueno!!! CHIN CHIN!!!
Mi inmenso abrazo lleno de Embriaguez y Alegría como augurio de todo lo bueno!!! CHIN CHIN!!!
UN
SUEÑO
En un desierto lugar del Irán hay una no muy alta torre de piedra, sin puerta ni ventana. En la única habitación (cuyo piso es de tierra y que tiene la forma del círculo) hay una mesa de madera y un banco. En esa celda circular, un hombre que se parece a mí escribe en caracteres que no comprendo un largo poema sobre un hombre que en otra celda circular escribe un poema sobre un hombre que en otra celda circular... El proceso no tiene fin y nadie podrá leer lo que los prisioneros escriben.
J.L. BORGES, La cifra
En un desierto lugar del Irán hay una no muy alta torre de piedra, sin puerta ni ventana. En la única habitación (cuyo piso es de tierra y que tiene la forma del círculo) hay una mesa de madera y un banco. En esa celda circular, un hombre que se parece a mí escribe en caracteres que no comprendo un largo poema sobre un hombre que en otra celda circular escribe un poema sobre un hombre que en otra celda circular... El proceso no tiene fin y nadie podrá leer lo que los prisioneros escriben.
J.L. BORGES, La cifra
Los que querían dormir, no por
cansancio sino por nostalgia de los sueños, recurrieron a toda clase
de métodos agotadores. Se reunían a conversar sin tregua, a
repetirse durante horas y horas los mismos chistes, a complicar hasta
los límites de la exasperación el cuento delgallo capón, que era
un juego infinito en que el narrador preguntaba si querían que les
contara el cuento del gallo capón, y cuando contestaban que sí, el
narrador decía que no había pedido que dijeran que sí, sino que si
querían que les contara el cuento del gallo capón, y cuando
contestaban que no, el narrador decía que no les había pedido que
dijeran que no, sino que si querían que les contara el cuento del
gallo capón, y cuando se quedaban callados el narrador decía que no
les había pedido que se quedaran callados, sino que si querían que
les contara el cuento del gallo capón, y nadie podía irse, porque
el narrador decía que no les había pedido que se fueran, sino que
si querían que les contara el cuento del gallo capón, y así
sucesivamente, en un círculo vicioso que se prolongaba por noches
enteras.
GABRIEL
GARCÍA MÁRQUEZ, Cien
años de soledad
Alguien que a toda hora se queja con
amargura de tener que soportar su cruz (esposo, esposa, padre, madre,
abuelo, abuela, tío, tía, hermano, hermana, hijo, hija, padrastro,
madrastra, hijastro, hijastra, suegro, suegra, yerno, nuera) es a la
vez la cruz del otro, que amargamente se queja de tener que
sobrellevar a toda hora la cruz (nuera, yerno, suegra, suegro,
hijastra, hijastro, madrastra, padrastro, hija, hijo, hermana,
hermano, tía, tío, abuela, abuelo, madre, padre, esposa, esposo)
que le ha tocado cargar en esta vida, y así, de cada quien según su
capacidad y a cada quien según sus necesidades.
AUGUSTO
MONTERROSO,
Cuentos