Fueron millones de años transcurridos para que nuestros antecesores dieran su primer golpe con una piedra.
De allí pasaría otra cantidad de millones de años para que ese mismo golpe fuera dirigido contra la misma piedra para transformarla, para partirla con el fin de usar esas modificaciones en diferentes tareas.
Otros millones de años más para que la misma piedra se fuera diversificando como útil en distintos instrumentos.
A eso se le puede sumar unos cientos de miles de años más para que esos instrumentos de piedra dejaran de ser toscos, ásperos y llegaran a ser pulidos y pretendieran el brillo, LA LUZ.
Los estudiosos del tema han hecho un cálculo sumamente curioso. Las primeras piedras no necesitaron ningún golpe para servir como instrumento (SILENCIO), solo eran tomadas tal cual las ofrecía la naturaleza; luego viene el primer golpe para modificar ese instrumento y así se vuelve más complejo el trabajo para fabricar las herramientas de piedra, hasta contabilizar 256 golpes luego de los millones de años ya referidos para obtener por ejemplo un hacha de piedra.
En esos 256 golpes no se tiene en cuenta el proceso de pulido.
Este alcance obedece a una transformación debida y habida en esa “máquina” de modelación de pensamiento como fueron las cavernas, ya había mencionado que antes que los humanos se relacionaran con el fuego ya habían hecho consciente el hecho de la oscuridad durante la luz del día. Y es que entre vivir y ver o ser consciente de la luz y la oscuridad hay una enorme diferencia: el manejo de la voluntad, se puede decidir que puede ser oscuro o que puede ser iluminado, ya no se está preso ni se responde por reflejo ante los dos fenómenos, ese vaivén, ese pasar de un estado a otro cuando se desea, produce un goce, un goce que empieza a dejar de ser únicamente material, estomacal.
El manejo de la textura en los instrumentos de piedra sólo aparece en el último periodo de la edad de piedra y esta característica sirve para nombrar esta última fase como el neolítico o piedra nueva o piedra ya pulida.
Este alcance obedece a una transformación debida y habida en esa “máquina” de modelación de pensamiento como fueron las cavernas, ya había mencionado que antes que los humanos se relacionaran con el fuego ya habían hecho consciente el hecho de la oscuridad durante la luz del día. Y es que entre vivir y ver o ser consciente de la luz y la oscuridad hay una enorme diferencia: el manejo de la voluntad, se puede decidir que puede ser oscuro o que puede ser iluminado, ya no se está preso ni se responde por reflejo ante los dos fenómenos, ese vaivén, ese pasar de un estado a otro cuando se desea, produce un goce, un goce que empieza a dejar de ser únicamente material, estomacal.
7 comentarios:
Amigo mío, la voluntad como una boa constrictor que encierra o libera nuestra pulsiones: es cierto está en nosotros oscurecer algunos ámbitos secretos y misteriosos e iluminar aquellos rincones que nos hacen bien, y el justo equilibrio es definitivamente ese estado de libertda, de albedrío, de poder modificar las circunstancias y aprender de los polos opuestos.
Te espero en la sombra iluminada de mi puerta.
Besos
Buenos dias Dilman, un placer encontar tu Blog y con grandes coincidencias.
Sobre la Luz, creo que en nuestros dias se pasa de la oscuridad a la claridad y viceversa, con una velocidad espeluznante, sin apenas haber digerido los pasos.
Sin duda, la persona que logra dar a luz sus ideas, disfruta de ese estado estomacal.
Las prisas no van bien, la luz puede cegar.
Saludos cordiales.
Jesus
Amigo Dilman,
Eres genial. Contigo las piedras cobran vida. Las piedras se convierten, casi, en objeto de culto, o, por lo menos, en objeto de estudio. Tú nos demuestras que la sabiduría, cuando es auténtica, no tiene límites: lo alcanza todo, llega a todos los lugares.
Leyéndote a ti, me parece estar leyendo a uno de esos serios y distantes Presocráticos que se preocupaban por la Naturaleza: un Parménides, un Empédocles, un Tales.
Será una delicia leerte cuando llegues a Sócrates.
Estupenda entrada.
Un abrazo
Antonio
^^¡Chevere! ¡Gracias!^^
Hola Dilman, vengo hoy a saludarte, he andado un poco ausente, intento retomar las visitas, los comentarios, etc.
El estudio que nos muestras de las piedras es muy interesante, un poco complicado para mi entender al 100%. Me encanta leer lo que escribes, y así voy aprendiendo cada día un poco más con la sabudiría que tienes.
Besos!
Magnífica entrada. Nos haces ver las cosas desde otra perspectiva absolutamente distinta.
Detallas un proceso creativo que se dilató en el tiempo miles de años.
Un beso.
Soledad.
Igual es nuestra vida. Los duros y suaves golpes van moldeando a la persona que madura. Quizás sean cosas triviales, otros golpes más significativos. Todos nos forjan un alma fuerte, la que sirve de sostén o bien para otros de arma.
Es solos discernir la claridad del objetivo.
Somos almas - armas. Modelando la Luz.
Somos Luz que moldean Almas!
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