Hay otro prisionero, Dios, la Araña.
A. Pizarnik (escrito el día fatal)
El Laberinto
Zeus no podría desatar las redes/
de piedra que me cercan. He olvidado/
los hombres que antes fui; sigo el odiado/
camino de monótonas paredes/
que es mi destino. Rectas galerías/
que se curvan en círculos secretos/
al cabo de los años. Parapetos/
que ha agrietado la usura de los días./
En el pálido polvo he descifrado/
rastros que temo. El aire me ha traído/
en las cóncavas tardes un bramido/
o el eco de un bramido desolador./
Sé que en la sombra hay Otro, cuya suerte/
es fatigar las largas soledades/
que tejen y destejen este Hades/
y ansiar mi sangre y devorar mi muerte./
Nos buscamos los dos. Ojala fuera/
éste el último día de la espera./
J. L. Borges
Para seguir esta reflexión en su segunda parte cito textualmente la definición de la palabra “laberinto” en uno de los diccionarios de la lengua hispana:
s m laberinto [laβe'ɾinto]
1 lugar formado por calles y encrucijadas del que es difícil salir
sortear un laberinto
2 lugar donde es difícil transitar
Londres es un inmenso laberinto.
3 cosa que provoca confusión y enredo
Su discurso fue un laberinto.
Kernerman Spanish Learners Dictionary © 2008 K Dictionaries Ltd All rights reserved.
Partamos desde “cosa que provoca confusión y enredo”…
"Todas las ciudades medievales o las medinas árabes tienen los elementos que caracterizan un laberinto: calles curvadas, callejones sin salida y perspectivas truncadas.[...].
A este tipo de ciudad se refiere Borges en el cuento " Abejacan el Bojarí muerto en su laberinto", como el mejor laberinto que los hombres puedan construir , porque no ha sido edificado por un solo hombre según un plan, sino por generaciones sucesivas que lo contraponen al vacío exterior, al campo abierto.
Se constituye así la ciudad como un laberinto que sirve al hombre como defensa frente a cualquier agresión de la naturaleza y por extensión, frente al laberinto del universo.
En muchos relatos, Borges contrapone dos laberintos, el realizado por los dioses, el universo, y el concebido por los hombres, la ciudad, diseñada para defenderse o para confundir a otros hombres y en ese acto usurpar lo que sólo es propio de los dioses, la creación".
Borges y la Arquitectura- Cristina Grau (Ensayos Arte- Cátedra)
citado por http://terrenoparasilencios.blogspot.com/2009_03_01_archive.html
Pintura de Jean Michel Basquiat
El Laberinto
No habrá nunca una puerta. Estás dentro
y el alcázar abarca el universo
y no tiene ni anverso ni reverso
ni externo muro ni secreto centro.
No esperes que el rigor de tu camino
que tercamente se bifurca en otro,
tendrá fin. Es de hierro tu destino
como tu juez. No aguardes la embestida
del toro que es un hombre y cuya extraña
forma plural da horror a la maraña
de interminable piedra entretejida.
No existe. Nada esperes. Ni siquiera
en el negro crepúsculo la fiera.
Jorge L. Borges
17 comentarios:
Estupenda reaparición viejo Dilman; te hemos esperado con mucha ansiedad y ahora apareces y nos haces reflexionar sobre la vida misma con el hombre como centro. Qué es el hombre sino una parte de ese mismo laberinto en que se mueve; él tejedor de redes tan complejas y tan sabias y, a veces, por tan sabias muy absurdas. Aquí estamos desarrollando el pensamiento, seguimos tomando como referente a los antiguos griegos, y continuamos planteándonos enigmas que nos dan más luces y, al mismo tiempo, confundiéndonos más en nuestro afán de hallar el punto vital de la existencia humana.
Nos hacia falta la luz de tu pensamiento, ahora estás aquí, ahora brilla el sol, lo demás es el laberinto.
Gustavo
La vida misma es un laberinto, en donde las calles sin salidas existen en cantidad, igual cruces y giros sin comprensión.
La autopista de vida, debe ser clara para poder circular en ella, pero nosotros somos quien llevamos el volante, debemos tener la astucia y la claridad de encontrar el camino correcto y aunque nos equivoquemos y nos perdamos, siempre existirán rutas alternas, seres a quienes consultar, para que individualmente lleguemos a la meta de transmutar a la Luz con plena conciencia.
Excelentes ilustraciones, un muy buen texto de apoyo, y el carisma de tu estilo para compartirlo. Saludos fraternos.
Mi querido Metaesteta.
Que lindo es ver verde, que te quiero verde.
Me encanta ese nombre.
Somos madejas, somos laberintos
Tejemos nuestra propia tela de arañar, desde el centro de nuestra esencia, y seguimos sus hilos en nuestro ejercicio de vida.
Como cuando escribimos...
I
Un ejercicio
Y ansias presas desata
El ojo inconsciente
abre paso
Y es una madeja negra
Cada hilo un camino
Andar y desandar
Comienzo y final
II
Vomitan las querencias
Sobre blanco vacío
un trazado
Borrosos horizontes
Quiebre y continuado
Me vive
Me multiplica
Me divide
III
Cien espejos engendró la vida
Entre amores
los odios
las pasiones
Un desapego a la esperanza
Y entre ácido se formula una nueva
¡Me aferro!
¡Resbalo!
Las lágrimas también son aceite
IV
Despierto entre el blanco
no se detiene
Inclemente persigue
y clava espinas
Viejas llagas supuran
¿Una Vida?
Víctima y verdugo
Trono de ensueño y cansancio
Corona de espina y diamante
V
¿Un Poema?
Abdicación certera
Una verdad
Dos mentiras
Un recuerdo llora
Un olvido se regodea
Y la palabra abraza
y divide
y multiplica
y marca siempre retorno
la misma madeja de centro negro.
Un beso verde, Metaesteta
Gizz
Mi querido Dilman:
Un post verdaderamente impactante.
Nos traes a nuestro admirado Borges... y sus laberintos. La búsqueda de la salida, o en este caso, del punto inicial, del centro del laberinto, es y será, sin duda, la base de la filosofía y el germen de la gran pregunta que se hace el ser humano.
Junto con las imágenes -realmente nos sumergen en los angostos pasillos de nuestros propios laberintos- has editado un post interesantísimo e impactante.
Siempre es un placer acercarse a beber de las fuentes de la sabiduría, tanto en nuestros mejores clásicos, como en auténticos filósofos actuales, como es tu caso.
Un beso.
Soledad.
Dilman, una estupenda composición de poesía e imágenes que acompañan la idea a la perfección. Diste en la tecla, creo que hay un laberinto mental peligroso que crea todos los otros.
Muy buena la elección de Basquiat para este tema, ya que su vida se perdió en un laberinto, y lamentablemente nunca pudo encontrar la salida, o quizás si, quien lo sabe!
Un abrazo desde La perla de Janis
Amigo Dilman,
Excelente y estupenda entrada la tuya enlazando el "conócete a ti mismo" con el laberinto de Borges. Poco puedo añadir yo, después del estupendo comentario que te ha hecho nuestra común amiga Soledad.
Tengo que decirte que llevo días y días pensando en lo que te voy a comentar para agradecerte el extensísimo y denso comentario que hiciste en mi blog al Épodo de Horacio. Tu comentario es como el germen de una Tesis Doctoral. Reúnes tal cantidad de conocimientos que uno se siente poca cosa al lado tuyo. Tu dominio de la Literatura es enorme. Cuando el tiempo y la inspiración me lo permitan, te contestaré adecuadamente, con la extensión y la calidad que tú mereces. Es todo un placer poder compartir algo de tu rica sabiduría y tus extensos conocimientos.
Te envío un gran abrazo desde España,
Antonio
Amigo Dilman,
Regreso nuevamente a tu espacio para decirte que el enlace que dejaste en tu comentario al Épodo de Horacio y mi homenaje a Elena Clásica es una auténtica joya,
Como veo que utilizas un diccionario que es Inglés, te dejo la dirección del Diccionario de la Real Academia Española, que está en Internet, y que es muy bueno, porque, entre otras cosas, da el origen Griego o Latino de las palabras.
http://www.rae.es/rae.html
Fíjate, por ejemplo, lo que pone sobre Laberinto:
laberinto.
(Del lat. labyrinthus, y este del gr. λαβύρινθος).
1. m. Lugar formado artificiosamente por calles y encrucijadas, para confundir a quien se adentre en él, de modo que no pueda acertar con la salida.
2. m. Cosa confusa y enredada.
3. m. Composición poética hecha de manera que los versos puedan leerse al derecho y al revés y de otras maneras sin que dejen de formar cadencia y sentido.
4. m. Anat. Parte del oído interno.
Un cordial saludo,
Antonio
Hace un tiempo (poco, en realidad) reflexionábamos con una amiga sobre los libros... cómo suelen aparecer en un momento preciso porque tienen que decirnos alguna cosa particular o bien hay "algo" que quiere comunicarnos lo que necesitamos saber, lo que completa nuestro sentir del día o ayuda a traspasar un umbral. Creo, por así decirlo, en las causalidades y no sólo la de los libros sino la de todo pensamiento o sentimiento que van llegando.
Ahora mismo estoy incursionando en varios laberintos... Quizás lo que orienta sea la "Etimología de las pasiones", un libro muy interesante de Ivonne Bordelois, que rastrea el origen de la palabra, desentrañando toda una historia transferida de cultura a cultura y que gira en torno a la concepción de las propias pasiones y cómo éstas fueron aprisionadas en estructuras moralistas y bogan ahora por liberarse. Otro laberinto, verdad? La pasión que fue don de los dioses, manifestación de los dioses con su furor divino y su atropello... denigrada luego en burdo pecado, sufrimiento, confusión. Los daños del pensamiento meramente racional, como si en verdad toda trascendencia (personal, social, cultural, histórica)no se desencadenara pasionalmente.
Todo para mí es laberinto, empezando por nosotros mismos... el centro de nuestro laberinto, lo que no queremos dejar traslucir: respondemos a mandatos que van mellando el alma desde el momento mismo de nacer o incluso antes, seguramente antes. Es el primer laberinto en el que estamos atrapados, somos nuestro propio Minotauro... todo aquello de lo que supuestamente debemos avergonzarnos, debemos temer. Y si fuera como en el escrito de Cortázar? Que el Minotauro era un ser delicado que amaba la música y vivía feliz con las personas que allí se encontraban? Si se lo atacó injustamente?
Cariños, Dilman. Un placer volver a leerte!
Eres brillante amigo! Poema , ilustración y definiciones promueven una comprensión integral de cada trabajo que expones. Una verdadera maravilla. Felicitaciones!! Un abrazo.
"Siglos de siglos y solo en el presente
ocurren los hechos".
J.L.Borges
La metáfora de lo que no se nombra, produce el terror de la realidad que subyace. El tiempo concebido como senderos que se bifurcan y se entrecruzan, se cortan, se reencuentran, se ignoran, se repiten...
Éste es el laberinto concebido por Borges, ¿y si tuviera razón? Y si no pudiéramos agarrarnos más a Newton o al amado Schopenhauer.
Recuerdo un momento mágico de la novela de Skármeta: "Ardiente paciencia", adaptada al cine como "El cartero y Pablo Neruda" en la que el divino Mario, el cartero, le pregunta al demiurgo Neruda, desmontado ante el poeta emergente si quizá toda la vida, toda la existencia, todo lo creado no sea una metáfora de algo que no alcanzamos a ver, de algo más profundo; de modo que a Neruda sólo le queda darse un baño en el mar y dejar la respuesta para el siguiente día. Respuesta que no llega para Mario pues la propia omisión es la clave, a la pregunta-afirmación.
En fin, una entrada que estremece por certera desde la elección de uno de los laberintos y mis pensamientos se remontan hasta el Minotauro atrapado en otro de los senderos. ¿En qué momento me cruzaré con él? ¿Lo estoy ya haciendo, ya lo he conocido?
Seguimos paseando por la intrincada ciudad, también la de los blogs.
Un abrazo ernorme querido Dilman.
Qué grande eres!!
Y el más intrincado de todos los laberintos: el propio corazón.
Un post genial, enhorabuena.
Besicos.
Justo hoy 2 Oct el periódico Al Día tiene un titular "verde que te quiero verde" e inmediatamente me acordé de vos...Pensé..Ah! ya se hizo famoso, ahora sí rescataron tan valioso blog, pero era un comentario sobre Laura Chinchila y la política...
Gracias por tu visita a la cocina, recuerda que los verdaderos artístas son de quienes heredamos las recetas, los de hoy solo somos réplicas e intentos de este arte.
Saludos para vos también!
Hermoso y profundo post ...
Ah ... los laberintos donde nos perdimos y muchas veces descobrimos quién somos.
Un beso.
Sill
Bien..ojalá tus tacos te queden super bien...de queso son ideales para tí...
Sabes de un encuentro de escritores en Chile este mes? avisame al email para enviarte la informaciòn...
Amigo Dilman,
Traslado aquí, a tu espacio, para mayor comodidad tuya, el comentario que te he dejado en el mío, a propósito de las encomiosas palabras que tú me dirigiste, hace ya algunos días.
Tengo que felicitarte por tus palabras y tus ideas al comentar el “Beatus ille” de Horacio. Cuando uno te lee, se da uno cuenta de tus enormes conocimientos, trátese del Mundo Clásico Greco-Latino o del Mundo Clásico de la Hispanidad. Los grandes autores, Quevedo, Horacio, Ovidio, Lope de Vega, Cervantes -y los mezclo todos-, y otros muchos que no cito son como contertulios tuyos. Tus conocimientos traspasan todos los límites y llegan más lejos que la distancia que separa tu país del nuestro. Grande es también tu capacidad de síntesis, producto todo ello de una sólida formación, que transpira Sabiduría (y lo digo con mayúscula) por todas partes. Leer lo que tú escribes es recibir una lección, siempre de las mejores, trátese del tema que se trate.
Desde esta España nuestra, que también es tuya, te envío mi admiración, mis respetos, y un cordial saludo, más todavía, un abrazo,
Antonio
~♣n_n ¡Chevere! No esperar nada, procurar disfrutar todo... ¡Gracias por todo! ¡Besazos suculento caballero! ^-^♣~
¡Qué bueno Aristos que enlazaste esta entrada ha tu edición de hoy!
No conocía este poema de Borges.
Justamente publiqué "De Laberintos en la Sonata de Otoño de Valle-inclán" el miércoles de la semana pasada.
Un abrazo y voy a la edición actual adejarte comentario.
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