jueves, 1 de enero de 2009

Caribe Soy

"Quiero que el aire fuerte de la noche más honda
quite flores y letras del arte donde duermes
y un niño negro anuncie a los blancos del oro
la llegada del reino de la espiga".
G. Lorca

Atrapando la brisa

En la actualidad el ser humano todo lo contamina a la vez que el mismo se contamina, se hace muy notorio entonces la búsqueda de la pureza, el aprecio del retorno a lo primigenio. Se compra agua pura en botellas, paquetes de aire puro por unos días para turistas de montaña o limpios retazos de puestas de sol ininterrumpidas en crepúsculos serenos y coloridos junto al mar.
En esta pintura Adrián Gómez nos conduce a un estado de pureza desde un golpe de gong en una lámina de oro, el vuelo tierno de la brisa que se posa en la pequeña mano hipnotiza haciéndonos sentir los manantiales frescos de nuestra vida.
Siendo como niños, de nuevo somos y seremos, retornamos al punto donde una vez iniciamos la senda perdida. Es inevitable una explosión de júbilo cuando reencontramos el abc de la existencia, es inevitable pensar y vivir en amarillo para celebrar con frenesí esta afirmación de volver a ser. No se necesita ninguna demostración ni mucho menos una justificación para este estado de la existencia, no cabe el menor asomo de duda para este soporte vital, tal cual como la inocencia de la niña de la pintura parada en el columpio, es una vivencia simple que no necesita los templos rígidos de la argumentación para ser.

Coquito en lo alto

Este volver a empezar es un renacer que podemos realizar en esta vida, esta nueva oportunidad siempre ha estado ahí como una fruta jugosa y siempre al alcance de la mano, y una vez abierta purificará nuestros sentidos y con ello todo nuestro entorno. Regresar al punto de partida es adentrarse en el juego del universo porque ya no pasaremos de largo por la existencia, sino que viviremos cada una de sus sorpresas con minuciosidad y alegría. Cada uno de nuestros sentidos tocarán las campanas de nuestra existencia.
Los dos cuadros siguientes ejemplifican lo anteriormente dicho. ¿Ellos saborean el dulce de la fruta ó la intensidad de su color rojo?

Tarde de merienda

Tarde de merienda II


“…decís vosotros «La vida es pesada de llevar.» Pues ¿a qué vuestro orgullo de la mañana y vuestra sumisión de la tarde? La vida es dura de llevar; ¡pero no os pongáis tan tiernos! Todos somos burros y burras agobiados de carga. ¿Que tenemos nosotros de común con el capullo de la rosa que tiembla porque lo oprime una gota de rocío? Verdad es que amamos la vida; pero no porque estemos habituados a ella, sino al amor. En el amor siempre hay un poco de locura. Pero también siempre hay un poco de razón en la locura. Y para mí, también para mí, que me encuen­tro a gusto con la vida, las mariposas y las burbujas de jabón, y todo lo que entre los hombres se les asemeja, me parecen ser los que mejor conocen la felicidad. Deseos de cantar y llorar siente Zarathustra cuando ve revolotear a las pequeñas almas ligeras y locas, encantadoras e inquietas. Yo sólo podría creer en un dios que supiese bailar. Y cuando vi a mi demonio lo encontré serio, grave, profundo y solemne. Era el espíritu de la pesadez. Todas las cosas caen por su causa. Es con la risa y no con la cólera como se mata. Adelante; matemos al espíritu de la pesadez! He apren­dido a andar; desde entonces me abandono a correr. He aprendido a volar; desde entonces no espero a que me empujen para cambiar de sitio. Ahora soy ligero. Ahora vuelo. Ahora me veo por debajo de mí. Ahora baila en mí un dios.”
Así hablaba Zarathustra.

Espacio para despertar

Espacio de juego


Surcando los aires

Termino estos comentarios concluyendo que cuando este pintor dice, “Soy Caribe” no titula simplemente una serie de su obra, sino que afirma y asume un nivel de existencia que soporta parte de la expresión estética de un país en estos momentos de cambios tan decisivos para la humanidad.

http://agomez-art.com/ esta es la dirección de la página web del artista.

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