La Mirada de la Danta

Ultimamente todo lo que hago me gusta, lo disfruto con especial fruición, tanto como una cerveza cuando el sol y el calor arrecian.

La amiga Mylin quien se ha preparado durante varios meses para acometer el ascenso al cerro Chirripó el miércoles 4 del siguiente mes, programó una caminata para completar su entrenamiento junto con otra amiga Yessenia a “El Refugio de Vida Silvestre Cerro Dantas”, un lugar dedicado a la conservación de la flora y la fauna en esa región.

Con la esperanza de ver uno de estos animales en peligro de extinción, fuera de cautiverio, y para disfrutar de la naturaleza viva me apunté a este inolvidable paseo.

Y más cuando hace algún tiempo edité una publicación sobre la diosa Venezolana María Lionza que se la representa cabalgando una danta.

A pesar que tengo una lesión de cuidado, no por ello dejé pasar la oportunidad de asistir a este evento que se encadena a ese proceso que paulatinamente se viene gestando en este naciente siglo: La ascensión de la energía femenina en los asuntos planetarios hasta lograr un definitivo equilibrio.

El abuso y hegemonía de la fuerza bruta ha depredado lo suficiente en lo material y lo divino la casa y el espíritu de todos, hasta agotar todas sus posibilidades, un paso más en este camino y tal vez sea el fin.

Con el olvido del ser y la huída de los dioses el mundo casi que ha perdido el alma. 

Aproximadamente a las nueve de la mañana ya estábamos en las faldas del cerro y a unos siete kilómetros del sitio de llegada, en principio hay una carretera asfaltada, luego un tramo destapado y después un camino estrecho y fangoso de cerca de dos kilómetros según un letrero. 

En este recorrido se habló de varios temas, aparto para esta publicación el de la receta de vino de nances, que en el blog de Luis está muy bien ilustrada. Una vez llegamos al punto donde hay unas cabañas y un pequeño restaurante tomamos una pausa y almorzamos para seguidamente internarnos en la montaña, yo con la esperanza latente de ver a la danta en la que cabalga María Lionza ja ja ja. Luego de algunas horas de subir y bajar por escarpados y muy inclinados senderos entre el bosque de la montaña solo pudimos ver huellas por donde cruzaron una mamá danta con su pequeño hijo. El guía Miguel dice que ya hace unos cuatro meses no ve una, el acoso de los cazadores cada vez las diezman y las ahuyentan mas y mas, nos mostró algunas bayas alimento de aves y que los humanos también pueden comer frescas o en mermeladas y de ahí en adelante dependiendo de la cultura gastronómica de cada cual, pienso que de allí pueden salir muchos vinos y licores como el vino de nances por ejemplo.

Total llegamos de nuevo al restaurante con un baño de renovadas energías de la naturaleza, un poco mas de sabiduría, fotos, y emprendimos el regreso.

Ya habíamos salido de los límites del refugio y estábamos bastante distantes de allá cuando por la carretera y donde menos se puede esperar venía con paso muy tranquilo una danta, ¡fantástico!!!, ella tenía un largo de casi dos metros y una altura de un metro y treinta centímetros, las cámaras se activaron y la mejor toma fue la de Yessenia pues su cámara tiene un excelente zoom. Fueron apenas segundos que la tuvimos al frente y después desapareció por la orilla de la carretera internándose en la montaña.

Una vez que Yessenia me hizo llegar la imagen, ampliándola me fijé en la mirada del animal, se la he mostrado a varias personas y cada cual hace su interpretación…

Siguiendo el regreso hacia San José nos detuvimos un momento en el Bar Montecristo para usar el baño y acicalarnos un poco ja ja ja, aproveché para tomar una cerveza y ordenar un poco estas notas, en ello estaba cuando miré hacia la pista de baile, allí había una muchacha bailando sola, danzando entre las sombras y penumbras, la feminidad del universo vibrando y manifestándose en este proceso que reclama de una vez su justo equilibrio. Dantas con sus cachorros huyendo de cazadores, diosas que retornan a reclamar sus sitios…¿sería María Lionza la mujer danzante? La respuesta aún no se me da o tal vez se le dé a otras personas.

Mucho después Mylin desde su sensibilidad y solidaridad de género me habló de su preocupación por la niña que atendía en el restaurante del refugio, hija de Miguel el guía, ella abandonó la escuela y apenas tiene 16 años, su hermano también lo hizo. También me dijo que le impresionó la joven que bailaba sola, tan sola en el Bar Montecristo…la respuesta a la pregunta sobre María Lionza empieza a aclararse…

Mylin ella es bacterióloga y trabajadora del Minesterio de Salud 

Ellos son Alberto, ingeniero y Yessenia, administradora. 

Los corazoncitos que flotan no sé donde trabajan pero lo sospecho ja ja ja

Miguel el guía y Mylin trazando el recorrido por la montaña

La hija de Miguel encargada del restaurante

Pendiente de 30 grados sobre la perpendicular, la siguiente se reduce a 20 grados

No es que esté levantando la cuerda, 

aplico una sofisticada técnica ninja de descenso extremo ja ja ja

http://www.cerrodantas.co.cr/

http://dilman-verdequetequieroverde.blogspot.com/2010/09/diosa-yara.html