En la parte anterior Scarpia presiona a Tosca para conseguir su entrega sexual a cambio de la vida de Mario. El dice, “tú me pides una vida y yo te pido solo un instante”. Eso ya es más que sabido en la historia, y en la actualidad también, un capricho o un “instante” desde la soberbia o desde el engreimiento del poder puede equivaler no sólo a una vida sino a miles!
SCARPIA
Tosca, ¡por fin mía!
(Mas su voluptuoso acento se torna
un grito terrible: Tosca lo ha
apuñalado en el pecho. Grita)
¡Maldita!
TOSCA
(Gritando)
¡Este es el beso de Tosca!
SCARPIA
(Con voz ahogada)
¡Ayuda...! ¡Me muero...!
(Scarpia extiende el brazo hacia
Tosca acercándose, perdiendo
estabilidad, en acto de pedir ayuda.
Tosca lo rehuye pero él está a
punto de tocarla; ella lo rechaza
horrorizada. Scarpia cae, gritando,
con la voz ahogada por la sangre.)
¡Socorro! ¡Me muero!
¡Socorro! ¡Ayuda! ¡Me muero...!
TOSCA
(Con odio a Scarpia)
¿Te ahoga la sangre?
(Mirándolo fijamente debatirse
inútilmente, intenta ponerse en pie,
agarrándose al canapé)
¡Te ha dado muerte una mujer!
¿Me has torturado lo suficiente?
¿Me oyes aún? ¡Habla!
¡Mírame! ¡Soy Tosca...! ¡Oh, Scarpia!
SCARPIA
(Hace un último esfuerzo; después
cae desplomado, ahogándose)
¡Socorro! ¡Ayuda...!
TOSCA
(Inclinándose hacia él)
¿Te sofoca la sangre?
¡Muere maldito! ¡Muere! ¡Muere!
(Scarpia queda inmóvil)
¡Está muerto...!
¡Ahora lo perdono...!
¡Y ante él temblaba toda Roma...!